Si estuvieras ante una combinación de frutas secas y frutos secos, ¿sabrías diferenciarlos? La mayoría de personas no.
En realidad, es algo que nos pasa a muchos: por norma general los comemos y nada más, aunque siempre debemos ser cuidadosos con aquellos que puedan producir alguna reacción alérgica.
En su totalidad, podemos afirmar que tanto los frutos secos como las frutas secas son una delicia. Ahora, sería genial que pudiéramos diferenciarlos, ya que no se trata de lo mismo.
Ya sea por simple curiosidad o porque quieres tienes la total seguridad cuando llegue el momento de comprarlos, en este artículo te lo explicaremos todo a detalle para que puedas conocer las principales diferencias entre frutas secas y frutos secos.
Índice de contenidos
¿Qué es una fruta seca?
Todos tenemos un grupo de frutas favoritas: desde las más dulces como el plátano, hasta las más ácidas como la fresa o la manzana verde.
Si ya tienes una preferida te encantará saber que también podrías comerla seca o deshidratada y que, además de lo práctico que resulta llevarla en tu bolso, tiene la cantidad de nutrientes más concentrados.
¿Cómo se obtienen las frutas secas? Estas pasan por un proceso llamado desecación, donde pierden mucha agua: entonces es fruta concentrada en su máxima expresión.
Tanto los nutrientes como las calorías aumentan bastante y se trata de una rica fuente de vitaminas A, B3 y B3. Sin embargo, no todo es perfecto y en algunos procesos de secado pueden destruirse algunas de sus vitaminas.
¿Qué es un fruto seco?
Reconocer un fruto seco es muy sencillo: son todos aquellos frutos o semillas comestibles que no contienen casi agua; con cáscara o sin esta.
Por lo tanto, a diferencia de las frutas secas, los “frutos secos” no han pasado por ningún proceso para extraer agua. Estos destacan por sus aceites esenciales y por ser superalimentos.
Aunque sea un poco difícil, con el tiempo se va aprendiendo a identificar los frutos secos con solo verlos.
Hay algo que también puede resultar confuso, y es que los cereales no son frutos secos. Es decir, cuando hablamos de maíz, cebada, quínoa, arroz o avena, no nos referimos a frutos secos.
Más adelante verás una pequeña lista de frutos secos que te ayudará a hacerte una idea más precisa.
¿Cuáles son las diferencias entre fruta seca y fruto seco?
Ahora que conoces la definición de fruta seca y fruto seco, el siguiente paso se centrará en conocer sus diferencias más llamativas.
El origen
Ambos comparten el origen vegetal, por supuesto. Sin embargo, las frutas son vegetales llenos de agua que pueden consumirse tanto frescas como secas en diversas temporadas del año.
Por su parte, los frutos secos son semillas, no tienen un “antes y un después” y solo los encontrarás con cáscara y sin cáscara.
Textura
Aunque es un poco relativo, los frutos secos suelen ser más crujientes, mientras que las frutas secas, a pesar de la ausencia del agua, son más masticables y pastosas.
Un ejemplo perfecto: piensa en la textura de la almendra dulce comparada con la de los dátiles; estos últimos son suaves en su interior.
Presentación
Podrás encontrar ambos en el supermercado o en una tienda orgánica. ¿Dónde está la diferencia entonces? En que puedes secar tus propias frutas, con paciencia, de manera artesanal y en casa.
Con los frutos secos no queda otra que comprarlos pero… ¡tienen un punto importante a su favor!, y es que son perfectos para crear mantequillas y algunas leches vegetales que resultan una delicia.
Las cuatro frutas secas más famosas
¿Te gustaría empezar a incluir las frutas secas en tu dieta? A continuación, encontrarás algunas de las más famosas. Toma nota si te ha gustado conocer las diferencias entre frutas secas y frutos secos.
Plátano o banana
El plátano o banana seca es una de las populares para quienes aman el dulce y a su vez necesitan una dosis extra de energía.
Recuerda que la banana contiene muchísimo potasio y que, al estar seca, esa propiedad se potencia. Será perfecta para ti cuando quieras reemplazar el café o comer algo entre ejercicios si llevas una rutina diaria.
Higos
Los higos secos son deliciosos, pero quizás no son muy conocidos. Entonces vamos a conocerlos un poco: vienen de una fruta llamada “higuera” y tienen una forma ovalada, oscura. Además, son suaves y carnosos.
Cabe señalar, aismismo, que también forman parte del grupo de las frutas secas más dulces. A nivel nutritivo, son una fuente de minerales y fibra.
Dátiles
Ahora vamos con los dátiles. Podrás encontrar estas frutas secas en cualquier tienda orgánica, pero tienes que ser un poco quisquilloso en el momento de comprarlas.
¿Por qué? Pues debido a que lo ideal es que pruebes uno para verificar que no está cristalizado.
Por fuera es un poco brillante, pero cuando está muy “viejo” suele ser más duro al masticar. Un dato curioso es que existen muchas variedades de dátiles.
Naranja
Es de conocimiento común que la naranja es riquísima en vitamina C, pero además cuenta con mucha vitamina B. Es deliciosa, sí, y a veces muy dulce y ácida (dependiendo de su variedad) pero cuando es seca suele tener un leve sabor amargo que solo algunos preferirán.
La naranja deshidratada o seca se puede encontrar en muchas presentaciones: algunas combinadas con chocolate.
Los cinco frutos secos más famosos
Después de conocer las principales diferencias entre frutas secas y frutos secos, nada mejor que hacer una mención especial a estos últimos. Veamos cuáles son los más conocidos.
Almendras
La almendra debe ser el fruto seco más famoso a nivel mundial. Una prueba de ello es el infinito abanico donde podrás encontrarla, además de su estado natural: helados, chocolate, turrones, pasteles y un largo etcétera.
Ahora, si nos enfocamos en su forma natural, sin ser procesada, hallaremos un perfecto snack con grasa saludable. Recuerda que la comestible es la almendra dulce y que la almendra amarga no se puede consumir.
Nueces
La nuez tiene un sabor muy particular, entre picoso y dulce. En el mercado la hallarás con cáscara o sin esta. Si la compras con cáscara será poco práctico en el momento de consumirla, a menos que tengas un cascanueces.
La nuez contiene muchas grasas saludables y, sobre todo, omega 3. Otra razón para consumirla es que, si sufres de colesterol alto, esta podría ayudar a reducirlo.
Pistachos
El pistacho es salado o dulce, con cáscara o sin cáscara, tostado o sin tostar. Su forma natural es de color verde.
Este sí podrías comprarlo con cáscara, ya que es muy delgada y podrás romperla con tus propios dedos. El pistacho dulce es muy usado también en la industria para la elaboración de dulces y helados.
Pero este fruto seco es perfecto para servir como snack en reuniones sociales. Por ejemplo, en Medio Oriente es muy común comer pistachos entre conversaciones.
Antes de seguir conociendo más frutos a través de este post dedicado a frutas secas y frutos secos, recuerda que en este blog tendrás la oportunidad de conocer otros muchos beneficios del pistacho.
Merey
El merey es originario de una planta que crece en Brasil. Como los demás frutos secos que hemos mencionado, el merey contiene grasas saludables.
Su sabor y textura son un poco parecidas al maní sin sal. Entre sus propiedades se encuentran fósforo, hierro y calcio, principalmente.
Al comer merey no solo deleitarás tu paladar, sino que también obtendrás nutrientes como el magnesio, que es ideal para aliviar casos de estrés o ansiedad generalizada.
Maní
Aunque en realidad es una legumbre, lo principal es considerarlo un fruto seco. ¿Y cómo no decirlo? El maní es el “fruto seco” estrella.
Puedes comprarlo en su forma natural o con sal. También será perfecto si quieres preparar una mantequilla saludable. El maní es conocido por algo muy importante: prevenir algunos tipos de cáncer.
Si te ha gustado este post dedicado a las diferencias entre frutas secas y frutos secos, tampoco te puedes perder nuestro post sobre frutos secos y deporte.
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