Anaid Pérez MendozaMucho se está hablando de los beneficios del kéfir, y puede que el término suene como una palabra recién inventada, pero en realidad el kéfir se remonta a muchos siglos atrás.
Su descubrimiento se atribuye principalmente a Georgia, donde significa “leche fermentada”.
Índice de contenidos
Un poco de historia del kéfir
Como Mahoma prohibió a los ortodoxos instruir a otras personas sobre el kéfir asegurando que este perdería su fuerza mágica, durante mucho tiempo la existencia y los beneficios del kéfir quedaron ocultos para el mundo.
Aunque Marco Polo lo mencionó en sus viajes, no fue hasta finales de los años 80 cuando Rusia lo incorporó a su gastronomía.
A partir de entonces, corrió la voz sobre las propiedades del kéfir pasando por Europa Oriental, el Sudeste de Asia, Europa y, finalmente, América.
Antes de descubrir qué es el kéfir y cuáles son sus principales beneficios para la salud, recuerda que a través de este blog también tendrás la oportunidad de conocer las propiedades del mango.
¿Qué es el kéfir?
No existen dos kéfires iguales, pues se trata de un conjunto de bacterias, levaduras y hongos acumulados en pequeñas bolitas, de apariencia similar a la coliflor, llamadas semillas de kéfir.
Estas casi 50 especies de microbiota viven en equilibrio para crear un ecosistema, que varia dependiendo del origen del kéfir.
Entre las más numerosas destacan los lactobacilos kefiri, nombrados precisamente en honor a este producto; seguidos de coco-bacilos llamados leuconostoc y lactococcus; lactobacilos termófilos, levaduras, acetobacterias y un moho llamado geotrichum candidum.
Estas bacterias, hongos y levaduras se alimentan de los azúcares de la leche y liberan, a su vez, ácido láctico, dióxido de carbono y alcohol. Del producto de este intercambio surge lo que conocemos como kéfir.
¿A qué sabe el kéfir?
Al escuchar que proviene de la fermentación, uno podría pensar que el kéfir tiene un sabor agrio, como la leche cortada, pero no es así.
De hecho, su textura es cremosa y un poco parecida a la del yogur para beber.
Aunque los porcentajes de fermentación cambian el sabor de cada kéfir, el toque fermentado le confiere ligeras notas de cidra, junto con el sabor de la mantequilla diluida.
Las semillas no se comen, se retiran de la preparación y se lavan para reutilizarlas posteriormente, como sucede con los búlgaros de leche.
Propiedades y beneficios del kéfir
Puede que la combinación de bacterias y hongos no suene apetecible y que para muchos la idea de comer microbios parezca contraria a llevar una vida saludable.
Sin embargo, las bacterias como el leuconostoc, por ejemplo, se encuentran en todas partes flotando en el aire y son comúnmente utilizadas en la preparación del vino, así como para darle textura a los productos lácteos.
A pesar de que el hongo G. candidum es el culpable de que se agríen el tomate y los limones, también le da un sabor excepcional al queso Camembert.
Los beneficios del kéfir en el ámbito nutricional derivan sobre todo de su base de leche, que incluye minerales, principalmente calcio, así como vitaminas tales como A y D; aminoácidos esenciales y ácido linoleico conjugado.
- Aprende más sobre estas vitaminas y los aminoácidos esenciales en este enlace.
En ese tenor, dentro de las propiedades del kéfir de leche de vaca tenemos un mayor aporte de yodo y selenio.
Si las comparamos con las propiedades del kéfir de leche de cabra, encontramos más aporte de calcio, fósforo y potasio.
Un beneficio del kéfir que no está presente en ningún otro producto lácteo es que, debido a la fermentación por la que pasa la leche, este producto no contiene lactosa, lo que hace que sea totalmente seguro para las personas intolerantes.
Beneficios del kéfir en la flora intestinal
En los seres humanos existe una variedad de bacterias buenas, principalmente en el intestino grueso, llamadas flora intestinal o microbiota intestinal.
Esa flora está compuesta por más de quinientas especies diferentes y llega a representar hasta dos kilos de nuestro peso corporal.
La flora intestinal mantiene una relación simbiótica con su anfitrión y, además:
- Ayuda en el proceso digestivo de los alimentos.
- Impide la entrada a bacterias dañinas en el cuerpo.
- Fortalece el sistema inmunológico.
Dicho esto, los beneficios del kéfir no son específicamente para nuestros cuerpos, sino para las bacterias que viven dentro de nosotros.
Dentro de los beneficios del kéfir a la microbiota intestinal encontramos que:
- Mejora el estado de ánimo: existe una relación entre el ecosistema de nuestro organismo con nuestro cerebro. Un estudio realizado para la revista Microbiome ha demostrado en animales que consumir kéfir influye en los niveles de serotonina (hormona de la felicidad) en el cerebro.
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Genera una sensación de saciedad.
- Favorece la movilidad digestiva y ayuda a aliviar los síntomas del estreñimiento ligero.
- Reduce la duración de la diarrea, en particular diarrea por rotavirus en niños.
Cómo tomar kéfir
Al ser un producto lácteo fermentado, el kéfir se debe mantener en refrigeración. No obstante, puede consumirse tal y cómo está o en recetas de cocina.
Una de las recetas con kéfir más populares en Rusia es el Oladi, o las panquecas rusas.
Su receta lleva una taza de kéfir por cada taza y media de harina, dos cucharadas de azúcar, una cucharadita de polvo para hornear y una pizca de sal. La preparación es sencilla:
- Se mezclan los huevos con el azúcar y se agrega el kéfir.
- Se calienta la mezcla a fuego lento.
- Una vez retirada del fuego, se va mezclando la harina, que tiene ya incorporada una cucharadita de polvo para hornear.
- Luego se deja reposar la masa durante 20 minutos.
- Finalmente, las panquecas se fríen en aceite caliente.
Estas panquecas de kéfir son fáciles de hacer y tienen una textura agradable muy similar a los blinis.
No son ni saladas ni dulces, pero sí excelentes para aderezar con miel o leche condensada.
¿Que contraindicaciones tiene el kéfir?
A pesar de los numerosos beneficios del kéfir, también es importante señalar que no es para todo el mundo.
Cuando se comienza a consumir el kéfir, es importante hacerlo de manera paulatina, pues la microbiota de nuestro organismo podría tomarse mal el cambio drástico y provocar calambres estomacales, nauseas o estreñimiento.
En personas sanas, hay que tener en cuenta que es una bebida probiótica basada en leche fermentada y que no se debe consumir en exceso. Unos 100 mililitros diarios deberían ser suficiente.
Más adelante, cuando el cuerpo se haya adaptado por completo, se podrá consumir en mayor medida.
Ahora bien, las personas con enfermedades digestivas o un estómago sensible pueden sufrir malestar estomacal, hinchazón e, incluso, diarrea.
Las levaduras presentes en el kéfir también pueden resultar nocivas, en especial para individuos que sufren con frecuencia de candidiasis.
Por otro lado, quienes están bajo algún tratamiento inmunosupresor aumentan el riesgo de contraer infecciones debido a las bacterias que se encuentran en el kéfir.
Asimismo, las personas que estén recibiendo tratamiento de quimioterapia debido al cáncer de colon presentarán peores efectos secundarios si consumen kéfir.
Finalmente, no existe evidencia de los efectos que pueda causar el kéfir en embarazadas y madres lactantes. Sin embargo, y debido a su contenido de alcohol, sería mejor evitarlo en estos periodos.
Dónde comprar kéfir
En tiendas naturistas y en mercados especializados se pueden comprar semillas de kéfir deshidratadas.
En cuanto al producto fresco, en el supermercado es posible encontrarlo en el departamento de lácteos.
En la actualidad, existen variedades de todo tipo, como kéfir fresco con frutas y el kéfir para beber.
Recomendamos empezar con el sabor natural para poder aprender a diferenciar el sabor original del kéfir.
Si te gusta consumir productos saludables también será interesante que descubras cuáles son los principales beneficios de la fresa.
Equipo de Apréndete
Sara Santoyo Salgado
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