El champú sin sulfatos se ha hecho un hueco muy importante en el mundo de la belleza y el cuidado personal y tiene cada vez más adeptos.
Esto se debe, sobre todo, a que los sulfatos son uno de los ingredientes más controvertidos en los champús, ya que su seguridad se ha puesto en entredicho desde hace algunos años.
Se trata de ingredientes químicos utilizados como agentes de limpieza que se encuentran en abundancia en productos cosméticos como los champús, mascarillas, pasta de dientes, desmaquillantes e, incluso, detergentes. Pero, ¿qué son los sulfatos?
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Sodium Lauryl Sulfate y Sodium Laureth Sulfate: ¿qué son?
Desde una perspectiva química, los sulfatos son tensioactivos, es decir, su trabajo se centra en reducir el nivel de tensión superficial entre el champú y la piel.
Esta acción permite que los ingredientes activos en el champú hagan un trabajo más efectivo a la hora de limpiar la suciedad, el aceite y la piel muerta del cuero cabelludo, el pelo y la piel.
A pesar de parecer un ingrediente positivo, los sulfatos son agentes limpiadores muy agresivos que, además de eliminar la suciedad, también retiran los aceites que se encuentran de manera natural tanto sobre la piel como en el cabello, lo que deja ambos completamente desprotegidos. En consecuencia, la piel se reseca y se encuentra completamente expuesta a las agresiones externas.
Además, estos ingredientes pueden ser tan agresivos que, en ocasiones, traen consigo la aparición de irritaciones, descamación y picor.
Estas reacciones son muy habituales sobre todo en niños y personas con pieles sensibles, rosácea, reactivas, eczemas o dermatitis, donde los sulfatos podrían empeorar la afección.
En la actualidad, se pueden encontrar dos principales sulfatos en los champús: Sodium Lauryl Sulfate y Sodium Laureth Sulfate.
Una manera fácil de identificar si un champú contiene sulfatos o no es la cantidad de espuma que genera al entrar en contacto con el agua.
Mientras que los champús sin sulfatos apenas generan espuma, los champús con sulfato sí, y con mucha facilidad.
No obstante, no todos los sulfatos son iguales. Sodium Lauryl Sulfate (SLS) y Sodium Laueth Sulfate (SLES) son los sulfatos más habituales, ya que también son unos de los sulfatos más económicos que se pueden encontrar.
Es un ingrediente mucho más suave que ayuda a limpiar sin retirar los aceites que se encuentran de forma natural sobre la piel o el cabello.
¿Por qué dañan los sulfatos el pelo?
El cabello está compuesto por proteínas; de hecho, el pelo en sí es un filamento proteínico. Alrededor del 91 % de cada una de sus fibras capilares es proteína, junto con muchos otros nutrientes.
Cuando la proteína que forma cada uno de los cabellos se daña, puede debilitar el pelo, lo que afecta a su fuerza y su apariencia.
Los sulfatos están estrechamente relacionados con el daño en la proteína capilar debido a que los aceites que se encuentran de forma natural sobre el cabello protegen las hebras de la sequedad y las mantienen unidas.
Al eliminar estos aceites, la fibra capilar queda completamente desprotegida, lo que da lugar a la aparición de puntas abiertas, roturas, falta de brillo y cabello difícil de manejar.
Además, los sulfatos también pueden eliminar el color de los tintes o dañarlo con el uso.
Esto se debe a que los tensioactivos fuertes con pH alto como los sulfatos aceleran la descomposición de los tintes y colorantes, lo que reduce su efectividad.
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¿Qué beneficios ofrecen los champús sin sulfatos?
Aprovechar los beneficios del champú sin sulfatos te dará la oportunidad de tener un cabello mucho más brillante, suave y bonito de un modo práctico y sencillo gracias a sus múltiples ventajas, entre las que podemos destacar las siguientes:
Evitan la sequedad del cabello
Una ventaja de usar un champú sin sulfatos es que el cabello estará menos seco y más hidratado.
Como los tensioactivos eliminan la capa protectora de aceite que se encuentra en el cabello, la fibra capilar no se puede sellar y el cabello pierde su humedad, lo que da como resultado un pelo seco y quebradizo.
Previenen la irritación
La agresividad de algunos ingredientes como los sulfatos da lugar a reacciones adversas sobre la piel o el cuero cabelludo, sobre todo en las pieles sensibles.
Los sulfatos pueden causar la sequedad del cuero cabelludo y favorecer no solo el picor, sino también la descamación, la inflamación y las erupciones cutáneas.
Los champús sin sulfatos evitan que el cuero cabelludo se seque demasiado y mejoran la sensación de picor y reacción de la piel.
Además, en casos como la caspa los champús sin sulfatos pueden ayudar a reducir la descamación y favorecer el alivio.
Acaban con el cabello encrespado
Cuando la humedad accede al interior de un mechón este se hincha de forma desigual y se genera el encrespamiento. Para evitarlo, el agua primero debe pasar a través de la cutícula en vez de acceder de forma directa al mechón.
Los cabellos que no cuentan con sus aceites naturales necesitan humedad y, en consecuencia, no ofrecen una barrera protectora para prevenir el frizz.
Un producto de limpieza suave y libre de ingredientes químicos agresivos dará como resultado un cabello más saludable y sin encrespamiento.
En definitiva, el champú sin sulfatos no solo es beneficioso para las personas que cuentan con una piel sensibles o reactiva, sino que también es de gran ayuda para conservar el buen aspecto del pelo.
Además, mantiene el cabello suave, hidratado y con brillo al mismo tiempo que protege el cuero cabelludo y conserva la piel hidratada.
Recuerda que utilizar un cepillo alisador tras haberte lavado el pelo con un champú sin sulfatos te ayudará a tener un cabello aún más brillante y bonito.
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