Alaitz Anabitarte UrizSon muchas las personas que buscan una rutina para combatir el acné, ya que nos encontramos ante una de las afecciones más conocidas y comunes de la piel que suele mostrarse en forma de granos, puntos negros, espinillas, inflamaciones y rojeces.
El acné afecta sobre todo al rostro, el cuello y la parte superior del cuerpo. Esto ocurre cuando el exceso de sebo y las células muertas obstruyen los poros de la piel.
El acné es común en la pubertad y, por norma general, desaparece en la edad adulta.
Sus síntomas pueden ser más o menos severos, pero el acné es una condición que puede afectar a la autoestima y la calidad de vida.
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4 pasos para el cuidado de las pieles con acné
Para el cuidado de las pieles con acné se debe procurar seguir una alimentación equilibrada y saludable y una rutina de cuidados cutáneos consistente.
A continuación, te proponemos una rutina para combatir el acné que se divide en un total de cuatro pasos:
Limpieza
El pilar esencial en opinión de muchos dermatólogos es la limpieza de la piel. Una suave y delicada limpieza del rostro por las mañanas y por las noches antes de acostarse puede ayudar a limpiar los poros y aliviar la sensación grasa.
Eliminar las células muertas y el sebo de los poros ayuda a descongestionarlos y a prevenir brotes e infecciones.
Es importante que la limpieza se realice con productos que no contengan ingredientes químicos ni agentes limpiadores agresivos, ya que estos pueden irritar y resecar la piel.
En su lugar, podemos optar por una suave espuma limpiadora antiacné que contenga ingredientes naturales o por un jabón elaborado con aceite de árbol de té o romero.
Tonificación
El uso de un tónico o hidrolato específico para las pieles con acné es esencial para minimizar la apariencia de los poros, equilibrar la producción de sebo y aportar luminosidad a la tez.
Son especialmente útiles los tónicos o hidrolatos que contienen ingredientes como la menta, que tiene propiedades antisépticas y astringentes que procuran la limpieza de la piel y previenen infecciones.
La menta también ayuda a enfriar la piel de forma natural, por lo que puede aliviar el escozor, la hinchazón y el enrojecimiento cutáneo. Además, es antiinflamatoria y cicatrizante.
Recuerda que podrás conocer mejor las cualidades de este ingrediente natural a través de nuestro post dedicado a los beneficios del aceite de menta para la piel.
Cabe señalar, asimismo, que los hidrolatos ayudan a reequilibrar el pH de la piel tras la limpieza de la misma.
Hidratación
Uno de los mitos más extendidos en cuanto a las pieles con acné es que, al ser pieles grasas, no necesitan hidratación. No obstante, no hay que olvidar que es posible tener una piel grasa, pero deshidratada.
De hecho, cuanto más deshidratada esté la piel, más sebo producirán las glándulas sebáceas para lubricar las células cutáneas.
Por ello, es vital hidratar la piel por las mañanas y por las noches con ingredientes que no sean comedogénicos para no obstruir los poros. Podemos elaborar un aceite hidratante específico para las pieles con acné siguiendo estos pasos:
Aceite equilibrante de jojoba
Los aceites vegetales y esenciales adecuados pueden ayudarnos a hidratar la piel a la vez que la equilibran.
Ingredientes
Una cucharada de aceite de jojoba
Una gota de aceite esencial de incienso
Una gota de aceite esencial de lavanda
Pasos a seguir
- Mezcla todos los ingredientes en un frasco de vidrio opaco para protegerlos de la luz y conservarlos de forma óptima.
- Aplica unas cuantas gotas sobre el rostro previamente limpio y tonificado.
- Se recomienda utilizar por las noches para beneficiarse del proceso de descanso nocturno de la piel.
El aceite de jojoba es uno de los aceites vegetales hidratantes más adecuados para las pieles grasas, ya que su composición es similar a la del propio sebo de la piel, por lo que ayuda a equilibrar su secreción.
También tiene una rápida y fácil absorción que no deja una sensación grasa sobre la piel.
El aceite esencial de incienso, por su parte, tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, por lo que es un gran aliado para combatir el acné.
También es conocido por sus cualidades reparadoras que ayudan a reducir las cicatrices y arrugas.
Por último, el aceite esencial de lavanda es antiséptico y ayuda a reducir el enrojecimiento y la irritación resultante del acné.
- También te puede interesar el post de Apréndete sobre consejos para reforzar la salud con aceites esenciales en invierno.
Protección solar
Si bien hay que intensificar la protección solar durante los soleados días de verano, la protección frente a los rayos del sol es importante durante todo el año.
Otro de los mitos más extendidos sobre el acné es que la exposición solar ayuda a combatir los brotes.
Aunque pueda parecer verdad, en realidad el sol reseca los granos y daña la piel al mismo tiempo. Por ello, es frecuente apreciar un efecto rebote después del verano.
Además, el sol también puede hacer que las cicatrices del acné se oscurezcan, por lo que es una razón más por la que protegerse del sol con protectores solares.
En el caso de todo tipo de pieles y, en especial para las pieles con acné, debemos elegir protectores solares de filtro físico en lugar de los convencionales de filtro químico.
Los protectores de filtro físico, a diferencia de los químicos, crean una capa protectora sobre la piel sin penetran ni interferir en nuestro organismo.
Además, están libres de sustancias químicas y contienen ingredientes naturales y ecológicos que nutren y cuidan la piel.
Como en el caso del bienestar de cualquier tipo de piel, es esencial combinar un estilo de vida saludable y una alimentación variada y equilibrada con la rutina para combatir el acné que hemos descrito a través de este post.
Si te ha gustado esta rutina para combatir el acné y te has propuesto tener una piel radiante también será interesante que conozcas la rutina facial de Sesderma.
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